En mi tiempo libre me dedico a escribir y paso por mi cabeza subir a internet mis cuentos espero que les gusten y dejen su comentario, saludos.

sábado, 10 de julio de 2010

Días fríos de primavera

El tiempo transcurre frió y lentamente por mi habitación, las cosas son semejantes a como estaban en un comienzo aquel principio que no sabía lo que me esperaba. De niña solo quedan mis juguetes, pero de grande solo aquella ventana en la cual deseo salir escapando borrando cada uno de los recuerdos que me atan a un corazón.
Muchos hemos soñado con ese cuento de hadas donde aparecerá la princesa o el príncipe esperamos por arte de magia, porque el destino lo puso ahí en ese momento por la razón de que estaba escrito en un camino. Solo un simple cuento, se que pienso lo contrario pero el hecho que mi mente quiera borrar cada uno de esos detalles lo convierte en algo simple. Si el destino hubiera comenzado diferente, si mi corazón no hubiera escuchado de su existencia, si el camino no me hubiera cruzado.
Que momentos aquellos, el sentir la brisa del mar en cuerpo, el sonido del mar al hablar, la áspera arena y aquella risa que sobresalía ante todas las que escuchaba. Si percatarme de esa existencia fue en aquel momento fue justo cuando un poco de arena proveniente de su mano se estrello con mi cuerpo y fue justo cuando nuestras miradas se encontraron tu pelo, sus ojos chocolate tu sonrisa y una odiosa palabra, que llevo a mis sentidos a actuar y reaccionar de la misma manera en como la hice, después alejarme del grupo y verte caminar al lado de las olas con lentitud me hizo amarlo y a la vez odiarlo. Transcurrió la tarde sin complicaciones solo que al verlo la sonrisa se salía de mi boca y una mirada de irritación se apoderaba de mi y su mirada se apoderaba de mi que escapaba de su lado. Llego el momento de la partida, como era la joven que se apartaba del grupo llegue primero al bus el que me dio tiempo para pensar y sacudirme de esa puñado de arena que había recibido en cuando lo vi, solo sin nadie a su lado se acerco a mi lado y solo nuestras miradas se percataron de nuestra existencia, pero ya era tarde para hablar todo el grupo estaba ya subiendo y nos alejamos.
Los días pasaron y cada vez la irritación se hacía presente, no me gustaba tenerlo al lado porque siempre sacaba algo que no me gustaba peleábamos por cada palabra por cada frase mal terminada que la ultima, hasta que, una oleada de soledad se apodero de nosotros. El caminar el andar en silencio y ese roce por error de nuestras manos, hicieron torpes sonrisas, hasta que no se pudo más. Sus manos me cobijaron y se ataron a mi cuerpo como lo hicieron las mías en su cuerpo y mi vista en sus ojos, no hubo nada más que ese instante donde los labios llegaron a los míos tiernamente, un roce que esperaban respuesta alguna, luego mis labios siguieron el rito de los suyos, mientras que sus manos dibujaban en mi espalda, tímidamente y cálidos besos se apoderaron de nuestros instante juntos. Lo odiaba de la misma manera en que lo amaba y mis labios y mi cuerpo contra su cuerpo amaban su armonía… llego el momento de la despedida, pero mi alma sabia que lo perdería que pude volver a escuchar su voz y mis labios despedirse con un cálido, tierno y apasionado beso. Aquella noche no pude dormir recordaba cada imagen y cada momento a su lado, que solo sentí mi celular un mensaje de despedida. No entendí, hasta que el día siguiente me di cuenta que ya no estaba y no volvería jamás. Triste y cruel despedida a un corazón roto dejo, pensando en el amor que el tiempo se llevo.
Pensar que todo es como se cuenta, como se ve y como simplemente uno quiere ver, por miedo nos aterramos y no queremos hacer, si bien puede que hubiera sido distinto pero el destino se apodero de un amor que conoció la pasión en un día pero el amor desde que nos cruzo. Será un cuento sin final feliz, pero la felicidad de escuchar a un corazón por amor hace que cada cuento sea más que un simple sueño por cual despertar.

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Los hombres están invadidos por la arrogancia o la estupidez, y si son afables es muy fácil manejarles porque no tienen un criterio propio.