Cuando creemos que todo ha concluido
nos damos cuento que todo ha comenzado. Cada perfume con su aroma, un sentido
que olvida la razón y una voz que se apodera del aquel cuento que jamás termina
de ser contado.

Tantas preguntas y tan pocas respuestas en las que eres capaz de explorar, la razón que se olvida de un corazón pero te enseña lo que debes aprender en realidad. Siempre miras lo que deseas mirar y encuentras lo que deseas encontrar. En momentos no estamos en el sitio indicado nos sentimos heridos, perdemos los sueños y concluimos sin que nada nos importe, terminamos siendo una rosa que no tiene su propio aroma su propio brillo termina al olvido.
Aunque, no todo tiene un final feliz el hecho que ocurran hacen cambiar, nos ata a olvidar esa pena que nos desgarra y se pierde en el vació de nuestra alma donde ya el dolor se extinguen; cada lagrima se hace costumbre en nuestra vida, cada risa solo es fingir quienes no somos. Actores de nuestra propia vida para que nadie sufra más que nosotros.
Volver a despertar en mi mundo es olvidarse del dolor, renacer como lo hacen las flores a su amo sol y embellecer con el canto de los pájaros a su alrededor para ser visto por esos aquellos ojos que si te logran ver.
Tan solo bastarían ciertas palabras. Nos darían el alivio a volver a soñar pero será lo que realmente esperamos, somos el perfecto jardín en el cual la multitud se diferencia no por su belleza sino por la simpleza del aroma en donde con los ojos vendados pueden llegar a tu lado, te acarician y sientes que es el indicado te admira, te ata a su mirada y no te deja partir desea que seas para él. Con él sentir aquel viento cálido que roza aquel rostro y consigo trae el perfume de cada estación como aquellos labios que rozan los tuyos convirtiéndose en un tierno beso. Silencioso, perceptible que borrar y trae consigo las manecillas del reloj que no se detienen marca tu paso y el camino recorrido.
El corazón es como un ave, libre sin necesidad de estar capturado y cuando lo está solo deseas que este a salvo escuchando la voz de su dueño, quién lo cuidará hasta que sienta que ya no es suyo y te volverá a dejar libre pero una parte de ti se queda en él por aquella costumbre de escuchar su voz en tus oídos. Sientes que has caído en tu vuelo, no hay solución no vez claridad te sientes como ese árbol que deja caer su corteza. Te has preguntado cuantas cosas es capaz de esconder un árbol sin que notemos que este mal, cuando solo lo vemos caer nos damos cuenta que no estaba bien.
Debes dejar atrás el recuerdo para volver a sentir la brisa que se vuelve a ti, aprender olvidar girando la página para luego concluir y volver a renacer como esa flor que se oculta a la frialdad de los días, volver a sentir el perfume, sentirse especial y volver a creer en ti. Si los sueños son solo lo que hemos pensado; porque vivimos una vida que tratamos de soñar. A veces no hay razones para correr, pero cuando la encuentras solo corres sin mirar atrás esperando que la escapada no te haya delatado, deseamos entender los detalles que en ti hacen la diferencia, para luego ser capaces de gritar las palabras que sentimos.
Siempre tratamos de buscar las respuestas pero nos hemos preguntado si en nosotros mismos están cada una de ellas, nunca sabremos porque muchas veces solos escogidos, por alguna razón encontramos a quién amar muchas veces terminamos odiándonos a nosotros mismos por amar. En nosotros no están las respuestas pero si la libertad de soñar esperando que cada una de las caídas no enseñen a madurar y no a temer a la vida, que suele ser intensa y bella pero mucho más es ese libro que en tus paginas debes aprender a voltear para continuar ya que un futuro no hay si no aprendes de vivir del presente escribiendo solo un pasado…